OUR LADY OF GUADALUPE PROCESSION AND DINNER PARTY
Celebrating Our Lady of Guadalupe on Advent's 2nd Sunday on the Immaculate Conception
OUR LADY OF LOURDES CELEBRATES
OUR LADY OF GUADALUPE
Photos by Pia Hovenga, Courtesy of the Arlington Catholic Herald
On Sunday, December 8th, a Spanish Mass of the Second Sunday of Advent was celebrates by Father Frederick Edlefsen, Pastor of Our Lady of Lourdes (OLOL), followed by a procession with a decorated Our Lady of Guadalupe and St. Juan Diego. The statues in procession were adorned with roses by the Hispanic parishioners of OLOL. Everyone joined a mariachi procession around the block to the Parish Hall, with local neighbors onlooking, for a dinner prepared by our Hispanic chefs and chili by our Hospitality Team leader, Carole de Long. May everyone receive blessing through the intercession of Our Lady of Guadalupe and the Immaculate Conception, as we prepare for Christmas!
Here is the homily (in English and Spanish) given by Father Edlefsen at that evening's Mass:
Homily on the Second Sunday of Advent – 2024
Fr Frederick Edlefsen
Blessings to everyone this evening, as we celebrate the Second Sunday of Advent. Tonight, we also anticipate the Feast of Our Lady of Guadalupe. This Second Sunday of Advent, and Juan Diego’s vision of Mary, celebrate experiences of God’s grace.
In today's Gospel, John the Baptist calls for repentance and forgiveness of sins. He calls people to return to innocence by confessing and repenting for sins, to prepare the way for Christ’s coming. This is a call for us: every day, we must convert and confess our sins so that the innocence of our Baptism shines through us in the way we act and conduct ourselves during our brief time on earth.
Christ is always present. Christ is always with us. But Christ’s presence is not always apparent because our lives are busy. Also, our sins can blind us to God's presence. Acknowledging sins and repentance are necessary to clear the dirt from our window – the dirt that blocks the sun’s bright light. And, if there's dirt on the window before sunrise, it must be cleared away so that, when the sun rises, we can see its full beauty and brightness. This is why people were coming to John the Baptist at the river Jordan, confessing sins and being plunged into the waters.
Juan Diego’s experience was very different. But, Juan Diego’s experience has a lot in common with the people who were confessing their sins and being baptized by John the Baptist. Juan Diego was an innocent man. He confessed his sins to a priest. Because he confessed his sins, his heart was in the right place when he saw Our Lady.
Jesus said: Unless you become like a little child, you cannot enter the Kingdom of Heaven. Though Juan Diego was a grown man, he had a childlike innocence that made him open to God’s message.
When Mary appeared to Juan Diego, he did not doubt her. But he doubted his worthiness to be her messenger -- especially before Bishop Juan de Zumarraga, the Bishop of Mexico City.
However, God’s grace working through Mary's intercession gave Juan Diego courage. I'm sure he was nervous when he carried the roses in his tilma to show them to the Bishop. But, when he unraveled his tilma before the Bishop and the onlookers, much more was revealed than he expected. Etched into the fabric of his tilma was a vision of Mary, the Woman of the Apocalypse, the Woman revealed in Chapter Twelve of the Book of Revelation: a Woman clothed with the sun; standing on the moon; with a crown of twelve stars on her head. She is the Woman who announces the End of Time, the New Creation, the Heavenly City, the New Jerusalem.
The courage Juan Diego received from Mary was not only a gift for him. It was also a gift to the faith of Bishop Zumarraga, a gifts to the people for whom he was a shepherd – and above all, a gift to all of us today in this church of Our Lady of Lourdes.
This applies to us when we are simple and small before God’s goodness and mercy – in a special way, when we humbly confess sins without fear. Before God, we have nothing to fear. Love casts out fear. Only peace and strength can come to us from God. This is what Advent is all about. Innocence conquers everything, in Jesus Christ.
This Advent, return to the innocence of your Baptism. Contemplate the innocence of the Baby Jesus born in Bethlehem. Bethlehem prepares us for the glorious innocence of the Risen Christ at his Second Coming at the End of Time.
Tonight, a mariachi procession will lead us to the Parish Hall, where we will have a dinner celebration honoring of Our Lady of Guadalupe and the Immaculate Conception. I hope this is joyful for everybody. Tonight foretells the joy of heaven. Tonight foretells the Wedding Feast of the Lamb. The prophet Isaiah says that heaven is like a great banquet with the best food and the best wine. Tonight’s celebration is a prophecy. It is a prophecy of Heaven. The sweet-smelling roses that fell from Juan Diego's tilma foretell the sweetness of Heaven, the New World, and the Heavenly City.
Tomorrow is the feast of the Immaculate Conception, a Holy Day of Obligation. In addition to our usual weekday Masses, we will have a 7:00 PM (Seven PM) bilingual mass tomorrow evening. Attend Mass tomorrow to observe the Holy Day.
After Mass this evening, will follow the mariachis around the block to the parish. Please stay on the sidewalk or grass when processing, and avoid walking on the street.
Peace and blessings to everyone and to all your families and friends. May Our Lady’s prayers bring God’s blessings to you all!
Segundo Domingo de Adviento – 2024
Homilía en español
P. Frederick Edlefsen
Bendiciones para todos esta noche, mientras celebramos el Segundo Domingo de Adviento. Esta noche, también anticipamos la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Este Segundo Domingo de Adviento, y la visión de Juan Diego de María, celebran las experiencias de la gracia de Dios.
En el Evangelio de hoy, Juan el Bautista llama al arrepentimiento y al perdón de los pecados. Él llama a las personas a volver a la inocencia confesando y arrepintiéndose de los pecados, para preparar el camino para la venida de Cristo. Esta es una llamada para nosotros: todos los días debemos convertirnos y confesar nuestros pecados para que la inocencia de nuestro Bautismo brille a través de nosotros en la forma en que actuamos y nos comportamos durante nuestro breve tiempo en la tierra.
Cristo está siempre presente. Cristo está siempre con nosotros. Pero la presencia de Cristo no siempre es aparente porque nuestras vidas están ocupadas. Además, nuestros pecados pueden cegarnos a la presencia de Dios. Reconocer los pecados y el arrepentimiento son necesarios para limpiar la suciedad de nuestra ventana, la suciedad que bloquea la luz brillante del sol. Y, si hay suciedad en la ventana antes del amanecer, hay que limpiarla para que, cuando salga el sol, podamos ver toda su belleza y luminosidad. Esta es la razón por la que la gente se acercaba a Juan el Bautista en el río Jordán, confesando sus pecados y siendo sumergida en las aguas.
La experiencia de Juan Diego fue muy diferente. Pero, la experiencia de Juan Diego tiene mucho en común con las personas que estaban confesando sus pecados y siendo bautizadas por Juan el Bautista. Juan Diego era un hombre inocente. Confesó sus pecados a un sacerdote. Debido a que confesó sus pecados, su corazón estaba en el lugar correcto cuando vio a Nuestra Señora.
Jesús dijo: Si no te haces como un niño pequeño, no puedes entrar en el Reino de los Cielos. Aunque Juan Diego era un hombre adulto, tenía una inocencia infantil que lo hizo abrirse al mensaje de Dios.
Cuando María se le apareció a Juan Diego, él no dudó de ella. Pero dudaba de su dignidad para ser su mensajero, especialmente ante el obispo Juan de Zumárraga, obispo de la Ciudad de México.
Sin embargo, la gracia de Dios obrando a través de la intercesión de María le dio valor a Juan Diego. Estoy seguro de que estaba nervioso cuando llevó las rosas en su tilma para mostrárselas al obispo. Pero, cuando desenredó su tilma ante el obispo y los espectadores, se reveló mucho más de lo que esperaba. Grabada en la tela de su tilma había una visión de María, la Mujer del Apocalipsis, la Mujer revelada en el capítulo doce del Libro de Apocalipsis: una Mujer vestida de sol, de pie sobre la luna, con una corona de doce estrellas en su cabeza. Ella es la Mujer que anuncia el Fin de los Tiempos, la Nueva Creación, la Ciudad Celestial, la Nueva Jerusalén.
El coraje que Juan Diego recibió de María no fue solo un regalo para él. También fue un regalo a la fe de Mons. Zumárraga, un regalo para el pueblo del que era pastor y, sobre todo, un regalo para todos nosotros hoy en esta iglesia de Nuestra Señora de Lourdes.
Esto se aplica a nosotros cuando somos sencillos y pequeños ante la bondad y la misericordia de Dios, de una manera especial, cuando confesamos humildemente los pecados sin miedo. Ante Dios, no tenemos nada que temer. El amor echa fuera el miedo. Solo la paz y la fuerza pueden venir a nosotros de Dios. De esto se trata el Adviento. La inocencia lo conquista todo, en Jesucristo.
En este Adviento, volved a la inocencia de vuestro Bautismo. Contempla la inocencia del Niño Jesús nacido en Belén. Belén nos prepara para la gloriosa inocencia de Cristo Resucitado en su Segunda Venida al Final de los Tiempos.
Esta noche, una procesión de mariachis nos llevará al Salón Parroquial, donde tendremos una cena de celebración en honor a Nuestra Señora de Guadalupe y la Inmaculada Concepción. Espero que esto sea alegre para todos. Esta noche predice el gozo del cielo. Esta noche predice la Fiesta de las Bodas del Cordero. El profeta Isaías dice que el cielo es como un gran banquete con la mejor comida y el mejor vino. La celebración de esta noche es una profecía. Es una profecía del Cielo. Las rosas aromáticas que cayeron de la tilma de Juan Diego predicen la dulzura del Cielo, el Nuevo Mundo y la Ciudad Celestial.
Mañana es la fiesta de la Inmaculada Concepción, un Día Santo de Precepto. Además de nuestras misas habituales de lunes a viernes, tendremos una misa bilingüe a las 7:00 p.m. (siete p.m.) mañana por la noche. Asista a Misa mañana para observar el Día Santo.
Después de la misa de esta noche, seguiremos a los mariachis alrededor de la cuadra hasta la parroquia. Permanezca en la acera o en el césped cuando procese y evite caminar por la calle.
Paz y bendiciones para todos y para todas sus familias y amigos. ¡Que las oraciones de Nuestra Señora traigan las bendiciones de Dios a todos ustedes!
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